viernes, 17 de abril de 2009

Caída hacia Damasco

Como Saulo, camino a Damasco
caigo, por una luz que me ciega;
Pero no es Dios, ni de un caballo,
sino el fracaso de una quimera.

Felicidad... amor... lo que quiera:
la búsqueda, el sino o el deseo,
me impulsan en la loca carrera.
Yo me lanzo, no mido ni espero.

"¿Por qué me persigues?" me interroga
el ideal, la perfección... quien sea,
como la voz de Cristo, sonora
cobra cuerpo sólo en mi cabeza.

Enmudezco y miro, desde el suelo
al cielo, a la luna, a la nada...
Mis rodillas raspadas contemplo
y llora, en la tierra, mi alma.

"¡Ay! ¡No, tonta! ¡Has caído de nuevo!"
de mí misma, cansada, me increpo.
Mas, entre nubes de polvo, veo
la figura informe de otro sueño.

Con las palmas aún lastimadas,
me sacudo el ropaje andariego,
despliego con esfuerzo las alas
y grito: "¡A ese... a ese sí llego!"

Teresita de Antueno
teresita_64_4@hotmail.com

3 comentarios:

daniel dijo...

Hola, dios bendiga al dueño de este blog, os invito a mi sitio web misionero: www.sedconsolacion.blogspot.com

Anónimo dijo...

Cuantas veces cayeramos, El esta siempre dispuesto a levantarnos.
Buenisima Teresita tu apreciacion.!



ETELVINA

Anónimo dijo...

No tengo más palabras para tu poesía. EXCELENTE.
Elsa Lorences de LLaneza